La Junta Grande
era el cuerpo que debía representar la opinión pública de las ciudades
del interior, pero la acción ejecutiva de la misma se veía trabada por
su excesivo número de miembros, y la oposición acusaba a la Junta de
inoperante. La falta de un reglamento dificultaba sus funciones
perdiendo tiempo en discusiones de modo, postergando así otros asuntos
más importantes.
Después de que el General José Manuel de Goyeneche, al mando de las tropas realistas, derrotara a las fuerzas revolucionarias e independentistas de las colonias americanas en la Batalla de Huaqui, ocurrida el 20 de junio de 1811, el desprestigio de la Junta se incrementó.
La decisión de Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, de encargarse personalmente de la reorganización del Ejército del Norte, dio lugar a un alzamiento del sector que apoyaba a Mariano Moreno,
que aprovechó su ausencia para forzar la elección de dos nuevos vocales
por Buenos Aires para la Junta. Casi al mismo tiempo, se decidió
concentrar el poder en un Triunvirato, formado por los dos nuevos
diputados porteños
(Paso y Chiclana) y por el más votado de los electores que habían
participado de esa elección (Sarratea). De este modo, el poder
representativo de la Junta quedaba reducido a la representación de los
partidos (si es que se le puede dar ese nombre) de la Capital.
La formación del Triunvirato no significaba - al menos en un principio - la disolución de la Junta Grande, sino su transformación en una Junta Conservadora
con atribuciones legislativas. Esta estaba formada por los miembros de
la disuelta Junta Grande, pero de los cuales quedaban expresamente
exceptuados Joaquín Campana y Cornelio Saavedra.
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